“Tratad
a la masa como al más imbécil de ellos”
Joseph
Goebbels.
Mi vida
se apaga, mi vista se desvanece, pero recuerdo al guerrero de las urnas, el
Guapo Pablo, él, con su Liga de los Justos peleando con la Oligarquía Casposa
Española. Una pelea desigual, donde los saqueos y trapisondas de los de la
Casposa no cuentan, sin embargo, estos cándidos guerreros de la urnera,
pensaban que mostrando su desnuda realidad, convencerían al Imbécil. Los de la
Casposa, desesperados y conscientes de que su credibilidad rozaba el cero
Kelvin, recurrieron a una medida desesperada; había que encontrar alguna falta,
algún desdoro, alguna trapisonda en el pasado de los Justos, y lo encontraron,
unas facturas sin iva por aquí, un contrato sin las debidas formalidades por
allá. De nada sirvió a los Justos alegar que la Casposa tenia de eso por
montañas, aquí lo se jugaba era el fuero, no el huevo, el Imbécil vaciló, si
todos era iguales, ¿Por qué probar con unos imberbes? Después de todo, mas valía
ladrones conocidos, ese era precisamente el objetivo de la Casposa, los Justos
eran débiles y cándidos, pretendían que ir con la verdad por delante bastaba,
no sabían que en la política de los tribunos de la Plebe, lo que vale es
engañar al Imbécil, para ello había que disponer de un selecto cuerpo de
fontaneros capaces de encontrar cualquier tipo de infamia en el enemigo, falsa
o real era irrelevante, lo que contaba era la voluntad de decisión del Imbécil,
que como su nombre indica, es El Imbécil.
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